En estos fragmentos de penumbra que pretendemos
arrebatar al tiempo habitan los vagos reflejos de una realidad inaccesible al
exiguo poder de los sentidos: La eterna confrontación entre el bien y el mal.
Esta incesante batalla que imprime movimiento a todo lo creado, y que sólo
podemos ver figurada en complejos rituales, como este, que se nos ofrece
vivo.
La extensa colección de símbolos
que mostramos a vuestros ojos y a vuestra inteligencia forman
un sólido brocal desde donde podemos atisbar las profundidades de nuestro ser
como un hondo
resplandor que pugna por escapar del pozo y regresar a la fuente solar de
donde fue irradiado.
Adheridas al espejo de los siglos,
emanan estas máscaras un compacto rumor de caos y equilibrio, de materia y de
espíritu que sugiere virtudes y pecados, tránsitos entre estados de
conciencia en viaje
interminable hacia la Luz Divina.
Si miráis bien, no dejaréis de
reconoceros en sus rasgos.
Florentino Caballero Santacruz - Asociación Danzantes
y Pecados
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