De
orden a la muy noble y leal villa de Madridejos, se hace saber: Que
siendo próximos ya los días de las ferias y fiestas, a propios y
extraños se ordena, manda y conmina a cumplir las siguientes
ordenanzas:
Primera.- Que siendo Madridejos, villa no de barrudas calles, sino
de vías de asfalto y pavimento, no cabe disculpa al vestido de
trapillo ni al calzado de esparteña en ninguno de sus convecinos.
Póngase éstos y éstas el mejor de sus avíos para mejor esplendor y
realce de estos días.
Segunda.- Acuda el vecindario a tahonas, hornos y confiterías y haga
acopio de sequillos, mantecados, pelusas y demás delicias y
almíbares, item más, a las bodegas, llenando barricas y pellejos de
nuestro buen caldo y así, con comida y bebida de tal guisa, obsequie
a su vecino para bien de relaciones recíprocas y propios humores.
Tercera.- Sean los padres laxos con sus hijos e hijas, dando
licencia a unos y otros para el refocilo honesto en lugares de danza
y divertimento. Que del roce viene la afición y ésta ahuyenta las
tristes solterías.
Cuarta.- Aflógense las amas la faltriquera y, de buen grado, a sus
hombres denles caudal preciso para solaz de cuerpo y espíritu, en
casinos, tabernas y festejos, recibiéndoles después como Dios manda
y el cuerpo pida.
Quinta.- Olvide el deudor sus deudas y el acreedor sus réditos,
dando treguas aquél a sus angustias y éste a sus impaciencias, hasta
cumplir las ferias.
Sexta.- Póngase a recaudo pleitos, rencores, ofensas y rencillas, ya
sean familiares, vecinales, políticos o novieriles, so pena, a quien
no cumpla, de la minuta de abogado.
Séptima.- Destiérrense de lugar maledicencias y murmuraciones y,
acátese sin escándalo, la moda sin refajo en las doncellas y de pelo
a la greña en los mancebos, que son estos tiempos de novedades, "de
mucha chicha y poca limoná".
Si así lo cumpliéreis, el Stmo. Cristo del Prado os bendiga y os de
unas ferias para toda la vida. A quien no, Él mismo le consuele su
eterno aburrimiento. Por Guillermo Sahagun Pool |