Los silos en Madridejos son el resultado del mínimo poder
adquisitivo de las familias que los ocupan, pero también es
una adecuada adaptación a un clima de bruscas temperaturas,
pese a sus inconvenientes gozan de una temperatura ambiental
fresca en verano y cálida en invierno. A través de una rampa
descendente o cañada empedrada se accede al portalejo y al
corredor, a cuyos lados se disponen las habitaciones y la
cocina. Están totalmente enjalbegadas, el piso es de baldosa
de barro cocido. disponen de pozo y desaguadero
convenientemente dispuesto para impedir la entrada de agua a
las habitaciones.El silo era la casa de las familias más
humildes y trabajadoras del pueblo que, nada más establecer
sus relaciones de noviazgo, se compraban el "sitio" (un
solar de 470 metros cuadrados) para cavar su silo.
La
pareja de novios comienza la tarea con sus propias manos
hasta abrir en el interior de la tierra, el espacio
necesario para los dormitorios, cocina, comedor majo,
cuadras, pajar, gallinero; logrando una casa sin tejado, sin
vigas, sin columnas, sin tabiques.
Las paredes, techos y suelos aparecen recubiertos de cal
lo que hace que el sol penetre con mucha fuerza en el
interior del silo para iluminar toda la casa con
deslumbrante blancura. En las habitaciones interiores se
abren ventanas verticales denominadas "lumbreras" que,
además, sirven de ventilación a la casa. Al estar bajo
tierra, la temperatura del interior es muy constante y allí
se guarda el calor en el invierno y permanece un
reconfortante frescor durante el verano.