Longitud total: 34-35 cm.
Cola: 4-8 cm
Peso: 1-2,5 Kg.
Orejas: 6-8 cm.
El conejo de campo tiene un pelaje espeso y lanudo, con
coloración variable del pardo al gris, con tonos
amarillentos en partes occipitales y en los pies y el
vientre blancuzco. Su cabeza es redonda y sus ojos
grandes y negros, muy laterizados. Se caracteriza sobre
todo por sus largas orejas, muy grandes y estrechas, de
hasta 7 cm, más cortas que las de la liebre común y con
una banda negra. Su cola es una característica borla,
completamente blanca por debajo, que se distingue
fácilmente cuando el conejo huye. Las extremidades
posteriores están más desarrolladas que las anteriores y
no presenta dimorfismo sexual. Una manera fácil de
distinguir al conejo de la liebre, aparte de su menor
tamaño, es plegando las orejas hacia delante: en el caso
del conejo no sobrepasan el borde del hocico. |
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Cráneo: Resulta muy característico y fácil de
reconocer. Su constitución responde a la de los mamíferos fitófagos.
Fórmula dentaria: I 2-2/1-1 C 0-0/0-0 PM 3-3/2-2 M. 3-3/2-2
Dientes de crecimiento continuo: Junto con los roedores, los
lagomorfos tienen dientes de crecimiento continuo. Si no se
desgastaran por el continuo uso, los incisivos de los lagomorfos
crecerían hasta 10 cm anualmente. Tienen una segunda fila de
incisivos inferiores que no tienen los roedores.
Orejas: Su oído es finísimo. Los pabellones auriculares del conejo
actúan como auténticas pantallas de radar, pues su movilidad les
hace dirigirse hacia la fuente de todos los sonidos del entorno.
Carrera: El conejo, que pasa la mayor parte de su vida en
territorios de relativa poca extensión, como las guaridas
subterráneas, no precisa desarrollar una gran resistencia en la
carrera aunque, por supuesto, es un gran velocista. Se desplaza a
pequeños saltos. En caso de alerta, se levanta sobre sus patas
traseras (consigue una visión de 360°), con las orejas erguidas,
preparado para la huida.
Huellas y señales de su presencia:
Planta de las patas: Tienen falsas almohadillas, que son en realidad
pelos duros. En territorios duros solo dejan marcadas las uñas.
Excrementos: Generalmente se encuentran acumulados en varias docenas
y junto a escarbaduras.
Seccionan tallos: Cortan limpiamente los brotes y tallos, dejando
una sección oblicua.
Señales en los árboles: La acanaladura de los incisivos de los
lagomorfos queda dibujada en las cortezas de los árboles como cuatro
ralladuras verticales.
Restos de pelo: Mechones de pelo, a veces ensangrentados, pueden
encontrarse en los campos tras el apareamiento y los consiguientes
combates entre machos.
Huras: Huras, entradas de víveres, y escarbaduras, resultan
perfectamente reconocibles.
HÁBITAT
Vive en praderas secas, linderos de bosques, parques, etc. En
montañas llega a vivir hasta los 1.500 m de altura, aunque es más
bien una especie típica del monte y matorral mediterráneo, sobre
todo el encinar y el coscojar. Es muy adaptable, aunque evita los
grandes bosques. Requiere un suelo donde pueda excavar. Está
distribuido por toda la Península Ibérica y las Baleares.
El conejo es de costumbres casi siempre crepuscular; sin embargo,
los días calurosos es frecuente encontrarle desde el mediodía o
incluso durante toda la
mañana. Vive en colonias que suelen construir laberínticas galerías
subterráneas, llamadas conejeras.
Importancia ecológica: Los científicos han puesto en relieve la gran
importancia del conejo dentro del bioma mediterráneo. Puede decirse
que es la pieza clave y el eslabón de enlace en las cadenas
alimentarías como el principal aprovechador de la energía de todos
los rincones, por degradados que estén y que la canaliza
perfectamente hasta predadores que son la mayoría de los carnívoros
de nuestras latitudes (lobo, lince, zorro, gato montes, jineta,
comadreja, hurón, jabalí)
La importancia ecológica del conejo ha quedado palpable mente
demostrada al sobrevenir a la trágica mixomatosis que, no sólo ha
ocasionado la rarefacción de la especie, sino un gran
empobrecimiento de las poblaciones de grandes rapaces y mamíferos
depredadores.
El esquema ecológico se refiere a la microcomunidad de los mamíferos
en el bosque mediterráneo. En realidad, sobre el conejo gravita la
predepresión de multitud de aves y algunos reptiles, lo que
acrecienta su importancia ecológica.
Territorios: Los conejos viven agrupados en colonias compuestas por
varios clanes que defienden su territorio frene a cualquier agresión
y, sobre todo, delimitan las fronteras para impedir la entrada a
congéneres de otros territorios vecinos.
Organización de cada clan de conejos; las fronteras son fijadas
olfativamente: Los conejos utilizan la secreción de unas glándulas
que tiene en el mentón para impregnar las fronteras de su
territorio. Esta frecuente actividad se conoce entre los científicos
con el nombre de mentoneo.
La identificación de los componentes de un vivar y la demarcación
territorial, se realiza mediante el olor. La orina cumple una misión
homogenizadora, pues con ella se rocían machos y hembras y son
constantes las depositaciones de este liquido en los confines
territoriales.
El vivar: El vivar es una compleja red de galerías con varias vías
de acceso, donde se refugia un grupo de conejos.
En muchas ocasiones, el vivar se extiende en varios niveles y puede
llegar a enormes complicaciones con galerías superpuestas.
ALIMENTACIÓN
Es fundamentalmente vegetariano, (gramíneas salvajes, crucíferas,
cereales cultivados, cultivos vegetales y otras hiervas); en general
se alimente de toda clase de plantas, preferentemente sus yemas,
hojas, cortezas, frutos y bayas silvestres.
Tiene tendencia también al omnivorismo, pues puede alimentarse de
excrementos, animales muertos e insectos como dieta suplementaria.
REPRODUCCIÓN
Para la reproducción construyen una cámara especial de 150 cm. De
longitud, excavada a una profundidad de 50 cm.
En la naturaleza, el periodo de acoplamiento se extiende desde marzo
a septiembre, durando la gestación unos treinta días. La madre
amamanta a los conejitos durante unas tres semanas, tras las cuales
estos abandonan el nido o conejera a las cuatro semanas. La madurez
sexual la alcanzan a la edad de tres o cuatro meses. El numero de
partos puede verse aumentado si la colonia de conejos de una
determinada zona es lo suficientemente densa.
Paradas nupciales: La poligamia es un fenómeno frecuente en los
lagomorfos. Un mayor índice de machos que de hembras suele provocar
enfrentamientos entre los que buscan pareja. En ocasiones son
virulentos, con manifestaciones de cruzada, como intentos de
castración. Una vez elegida la hembra, se produce una exhibición de
la zona anal caminando con los cuartos traseros muy levantados.
-Exhibición del envés blanco de la cola.
-Lametazos en la oreja.
-Lametazos en el morro: lametones y caricias en el morro y las
orejas, son componentes de la compleja ceremonia nupcial.
-El macho en ocasiones, rocía a su compañera con orina proyectándola
incluso desde gran distancia y con considerable puntería.
Combate de pugilistas: Para dirimir quien es el mas fuerte, no dudan
en enfrentarse en combates de aspecto pugilístico. Los machos en
celo se atacan a manotazos, se muerden e incluso se llegan a
castrar.
Carrera de persecución: El macho persigue a la hembra para incitarla
ala copula.
Copula: Copulan montando el macho a la hembra por detrás. En esta
posición pueden permanecer durante largo tiempo.
Cuadro cronológico del ciclo de la reproducción:
-Longevidad: 5/9 años
-Gazapos: 4/12
-Partos /año 3/6
Huras y camas:
Galerías: La mayoría de los gazapos nacen en el interior de cortas
galerías excavadas por sus madres fuera de los limites del vivar.
Respiraderos: Las conejas solo visitan la gazapera una vez al día,
por la noche, y luego tapan cuidadosamente la entrada con tierra,
procurando dejar un orificio para que entre el aire.
Forro: El forro esta compuesto, en gran parte, por el pelo que las
conejas se arrancan de su propio cuerpo.
Huras: Las hembras viejas, y por tanto dominantes, se reservan las
cámaras de cría en el vivar.
Gazapos: Las conejas alumbran a sus crías en el interior de someras
gazaperas que obturan con tierra cada vez que se ausentan. Tan
pronto como los gazapos cumplen veinte días y no precisan el
microclima de la gazapera, su madre los conduce al vivar comunal.
Una de las características más importantes del conejo, es la de su
extraordinaria fecundidad y capacidad para reproducirse.
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De modo que se
ha calculado que la descendencia de una sola pareja, que
no tenga interferencias negativas para su desarrollo,
puede alcanzar la increíble cifra de 1.848 individuos
(W. G. Foster, 1972). Clásica en la literatura
científica es la cita de un granjero australiano que
tuvo la fatal ocurrencia de introducir en Australia tres
parejas. A los tres años de su introducción y debido a
que el conejo no tenía en ese continente depredadores
naturales, los descendientes de aquellos conejos eran ya
14.000.000 de individuos. Desde entonces su población
fue en aumento y aun cuando se idearon todo tipo de
métodos para combatirlo, incluida la introducción de
zorros pero éstos, lejos de solventar el problema
crearon una nueva problemática ecológica, al
desentenderse de los ágiles y escurridizos conejos y por
el contrario afanarse en otras especies más incautas
como ocurrió con los marsupiales, que no estaban
habituados a la presencia de depredadores, por lo que el
efecto aún fue más nocivo y dañino. |
En estos
momentos la población australiana de conejos se estima en unos 300
millones, con graves incidencias en el resto del ecosistema.
Donde sí ha tenido la población de conejos una
importante reducción ha sido en el viejo continente, siendo en el
año 1952 cuando un medicó francés, el tristemente famoso Doctor
Armand Delille, inoculó el virus de la mixomatosis a unos conejos
que al parecer producían daños en sus viñedos, transmitiéndose el
virus de unos ejemplares a otros por los mosquitos y las pulgas de
los propios animales. La enfermedad que se creo es de tal virulencia
que se extendió rápidamente por toda Europa, detectándose su
presencia en el norte de España en el año 1953 y en el sur en el año
1959. Tal fue la mortalidad que ocasionó la mixomatosis que en
algunas comarcas murieron entre el 95 y el 100 por ciento de la
población de conejos (M. Delibes de Castro, 2001).
Cuando la población de conejos comenzó a recuperarse de este mazazo,
hizo acto de aparición otra epidemia: la enfermedad vírica
hemorrágica (EVH), producida por un virus también creado por el
hombre, que fue descrito por primera vez en China y que en el año
1988 también fue detectado en España (M. Delibes de Castro, 2001).
CURIOSIDADES
Comedores de sus propios excrementos (necrofagia): La ingestión de
los propios excrementos resulta tan importante para los lagomorfos
que, si se impide, provoca grandes alteraciones funcionales.
Normalmente, los excrementos que encontramos en los campos han
pasado por segunda vez por el intestino. Esta extraña operación la
realizan para poder metabolizar convenientemente la vitamina B.
Durante las noches las heces procedentes del ciego son tomadas e
ingeridas para recuperar la vitamina B, durante el día, las heces
secas son abandonadas.
Miopía: Los lagomorfos no tiene agudeza visual. Puede decirse
incluso que utilizan muy poco el sentido de la vista. De actividad
esencialmente nocturna, se valen mas del olfato y el oído que de sus
ojos para obtener información de lo que les rodea.
Técnicas defensivas:
Alarma-patada: Una consistente patada con las extremidades
posteriores, es la señal de alarma en el mundo de los conejos.
Se ha demostrado que percutiendo así el suelo, el sonido retumba en
la caja de resonancia que suponen los huecos galería del vivar.
Carrera: Muy pocos animales terrestres son capaces de desarrollar la
velocidad del conejo. La carrera, en efecto, puede ser considerada
como su mejor recurso defensivo.
Inmovilidad: Los conejos se saben miméticos y no dudan en recurrir a
la inmovilidad para pasar inadvertidos a sus enemigos. Confían de
tal forma en su inadvertibilidad que en muchas ocasiones, puede
sorprendérseles encamados y capturárseles a mano.
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