| FLORA Y FAUNA |
LIRÓN
CARETO
(Eliomys quercinus)
De tamaño medio, el colorido general del pelaje es castaño claro. En la cabeza destacan unos prominentes pabellones auriculares y una banda oscura o “antifaz”, que bordea sus ojos y se ensancha en la base de las orejas. Su cola es larga y está rematada por un penacho de largos pelos blancos y negros.
Habita esta especie en sotos ribereños, zonas de matorral bajo, bosques frondosos, pedrizas y roquedos, huertos y jardines, e incluso en construcciones humanas.
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De costumbres crepusculares, su actividad se desarrolla tanto en el suelo como en el medio arbóreo, valiéndose en este segundo de su cola como balancín para controlar los saltos; puede desprenderla cuando de ella se ha aferrado algún predador, regenerándola en unos meses. Almacena su comida en despensas ocultas y cercanas a su guarida y sufre dos periodos de letargo al año: la estivación, que acontece de principios de julio a mediados de agosto y es sufrida sólo por los machos (las hembras están criando), y la hibernación, que les sobreviene a principios de noviembre para despertar a mediados de marzo (machos), sufriendo las hembras un retraso de quince a treinta días en ambos casos. |
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Su dieta es marcadamente omnívora, destacando entre los vegetales los frutos otoñales de zarzamora, castaño, encina, serval, madroño, majuelo, etc.; de origen animal consume todo tipo de insectos (ortópteros, coleópteros, arácnidos), caracoles, huevos, crías de aves y ratones, pudiendo llegar a predar también sobre pequeños conejos e incluso sobre sus propios congéneres (los machos, al despertar del letargo invernal y no encontrar alimento, pueden devorar a las hembras dormidas).
Presenta esta especie dos periodos de celo al año; el primero desde mediados de abril hasta mediados de junio y el segundo desde la última decena de julio hasta mediados de septiembre. La gestación viene durando de veintiuno a veintitrés días y el parto consta de cuatro a siete crías. Las hembras grávidas suelen instalar su nido en madrigueras de conejo abandonadas y en nidos de urraca desocupados, pero también los construyen ellas mismas en el exterior a base de hojas y tallos, papel y tela, pelos de conejo y jabalí, etc.
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José Moreno Rosell
1915-1996 |
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