El día 29 de septiembre, San Miguel, se entraba en
casa del amo nuevo. A mediodía se salía de la casa del amo viejo y con el
nuevo se ajustaba un precio por día, por ejemplo. Ese salario era para
todo el año, no pudiendo bajar ni subir; ni el amo ni el gañan, de ese
jornal.
Por este contrato, que se hacía por año, ya tenía
que hacer todos los trabajos que serealizasen en la casa, en el campo. Si
estaba el amo conforme con el criado y éste con clamo, podía estar varios
años sirviendo en una misma casa.
En las casas grandes, donde había 3 ó 5 gañanes, los
amos les daban “la misión” a los gañanes, es decir, se daba un dinero al
mayoral para que diera la comida a los gañanes, aunque el sueldo era más
pequeño. La mujer del mayoral era quien les preparaba las comidas o las
cenas.
Por las noches, cuando venían del campo, iba el
zagal en casa del mayoral a por la cena para los gañanes. Y en la cuadra,
que era donde dormían y estaban con las mulas, era donde comían.
Casi la mayoría de los gañanes ganaban “pujar”, que
consistía en un porcentaje de la cosecha, según saliese su rendimiento,
que el amo daba al gañan. Aunque esto no era obligatorio.
Por categoría, los gañanes se dividían en: Mayoral,
era el que mandaba la resto de los gañanes y disponía de ir donde hiciera
falta. Ganaba más sueldo que el ayudador, que era el que iba por debajo de
él. A continuación estaba el zagal mayor, luego el zagal segundo y
tercero, y así sucesivamente, pues en las casas muy grandes podían existir
hasta cinco o seis gañanes.
Concepción Cano Cañadilla |